Zariquiey: «El sistema de clasificación (de animales y plantas de los kakataibo) es tan complejo como el sistema de la biología occidental o tradicional»
Conversamos con Roberto para conocer sus motivaciones para desarrollar esta investigación, así como los principales desafíos y hallazgos que encontró
Roberto Zariquiey*, lingüista, docente e investigador de la PUCP, y además miembro de la RIDEI acaba de publicar su libro: «Etnobiología del pueblo kakataibo: Una aproximación desde la documentación de lenguas». En este libro, nos ofrece una primera introducción sistemática a las manifestaciones lingüísticas del conocimiento sobre la naturaleza del pueblo kakataibo.
¿Cómo te contactas con el pueblo kakataibo?
En el 2005, cuando hacía prácticas en el Ministerio de Educación, trabajaba en una unidad de educación para pueblos indígenas y ahí me encargaron hacer el alfabeto Kakataibo, y en esa oportunidad fui con una delegación. En los talleres que ofrecimos, nos dimos cuenta que había varios problemas y sobre ellos trabajamos muy bien. A partir de ahí inició nuestro contacto. En el 2006, regresé con mis estudiantes y estuvimos en una de las comunidades por una semana y esta experiencia se repitió en otros semestres.
¿Por qué te interesaste en desarrollar esta temática en tu último libro?
Fue un pedido de los Kakataibo. Había terminado de realizar mi trabajo de tesis sobre la gramática del idioma y, luego de ese proyecto, les pregunté sobre qué tema les gustaría trabajar, y ellos manifestaron que estaban interesados en investigar y recoger el saber sobre plantas y animales.
¿Qué desafíos te planteó realizar este libro?
Dirigir grupos grandes es complicado, y sobre todo si son interculturales es más complicado. Pero fue una experiencia muy enriquecedora para todos. Yo creo que en algún momento se llegó a tener un nivel de confianza mutua bastante alto. Yo creo que ellos tenían claro que mis intereses eran bastantes transparentes y yo de que su trabajo era honesto. Eso es algo que a veces no se logra en otros proyectos, y en este pudimos establecer un lazo de confianza y sobre todo de amistad, que ayuda mucho no solo al trabajo sino en general a las relaciones entre peruanos. Es un ejemplo de que personas con historias muy distintas pueden trabajar juntas y de forma respetuosa.
¿Cuál es la metodología que utilizaste para desarrollar el diccionario kakataibo?
En los proyectos de etnobiología uno tiene la oportunidad de incluir a los hablantes de una forma más activa, porque muchas cosas de la lingüística son bien abstractas y sí requieren una formación o al menos talleres. Pero la etnobiología es un conocimiento que tienen los hablantes. y en el caso del diccionario sobre la lengua de los kakataibo, pudimos armar un equipo local de alrededor de 11 personas, tratando de generar relaciones de colaboración lo más justas posibles en un contexto que no es nada justo.
¿Cómo describirías al pueblo kakataibo?
Son emotivos y muy hospitalarios. Valoran la guerra, pero también el conocimiento, son personas muy apegados al saber. A pesar que los jóvenes han variado sus estilos de vida, hay una valoración por las tradiciones y se esfuerzan por recordarlas. No diría que hay algo muy estructurado (en cuanto a las maneras en que los jóvenes preservan sus tradiciones), pero ahora tienen proyectos de turismo, están tratando de recuperar su arte, sus diseños tradicionales artísticos y sobre todo su saber sobre plantas y animales. Entonces, yo diría que a través del turismo, la medicina y el arte son sus principales medios, pero no hay un proyecto específico de revalorización de la lengua.
¿Cuáles han sido los principales hallazgos en este libro?
Primero, el sistema de clasificación de las plantas y los animales en kakataibo es bien complejo. Así que la idea de que los pueblos amazónicos tienen formas de pensar simples o no complejas en este caso no aplica. El sistema es tan complejo en temas de jerarquías y de rankings como podría ser el sistema de la biología occidental o tradicional.
Otro hallazgo interesante es la riqueza misma en la creación de nombres. Uno puede ver claramente las maneras como los kakataibo, a lo largo de su historia, han inventado nombres para nombrar cosas de la naturaleza. Hay estrategias recurrentes de combinación de palabras, de usos metafóricos, de usos metonímicos de ciertas palabras, de reduplicaciones, de usos de nominalización complejas. Muchas de estas nominalizaciones en las que uno tiene compuestos muy largos y que tienen el comportamiento gramatical de una sola palabra, lo cual es muy rico. También, hay muchas onomatopeyas. Podemos ver cómo el cerebro humano, ante estímulos nuevos, acuña palabras nuevas.
También, hemos podido estudiar cuál es el rol y la participación en la construcción de los personajes naturales, en la tradición oral del pueblo Kakataibo. Por ejemplo, uno encuentra muchos animales que tienen propiedades humanas y también personas que tienen propiedades de animales. Uno termina construyendo una especie continuum entre hombre y animal que no se rompe tan fácilmente como nosotros pensamos, desde nuestra perspectiva. En el caso de ellos, hay una hermandad más estrecha con la naturaleza. Así, uno encuentra personajes que son humanos, pero hablan o tienen comportamientos que se le atribuyen a ciertos animales y hay historias en las que personas se convierten animales o viceversa.
También, hay cuentos tradicionales en la que los niños de los kakataibo nacen con atributos de animales y relatan un esfuerzo por resolver ese problema. Es muy bonito, porque en esta historia hubo una reflexión de la persona que nos la contó que nos dijo: “Bueno ustedes los occidentales dicen que el hombre viene del mono, bueno nosotros decimos que el hombre viene de la sachavaca”. Esta visión no dicotómica de la realidad, la idea animal – hombre está ordenado en un continuum de humanidad.
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*Roberto Zariquiey es doctor en Lingüística por LaTrobe University (Australia). Es profesor asociado en la PUCP, director de su Maestría en Lingüística y cofundador del Archivo Digital de Lenguas Peruanas. Ha sido investigador visitante en la Universidad de California en Berkeley, el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y el Collegium de Lyon. Su tesis doctoral, una gramática referencial de la lengua kakataibo, recibió una mención honrosa en el prestigioso premio Panini de la Asociación de Tipología Lingüística. Una versión extendida de esta gramática está a punto de ser publicada en la Mouton Grammar Library de la editorial Mouton De Gruyter. Actualmente, está desarrollando un plan de revitalización para el idioma iskonawa, que se encuentra en alto riesgo de extinción.