Primera infancia indígena amazónica: ¿Nos ponemos de acuerdo en atenderla?
Los ministerios de Educación de Perú, Colombia y Bolivia ejecutan desde hace dos años un proyecto intercultural conjunto en la Amazonía que, en medio de tantos programas, planes y sistemas bienintencionados superpuestos unos a otros en esta región, pierde relevancia a pesar de ser un tema clave: la primera infancia indígena.
Servindi, 8 de mayo, 2015.- El proyecto “Formación intercultural para el desarrollo integral y el cuidado de la primera infancia indígena de la Amazonía” se implementa en comunidades tikuna, yagua y cocama en ambos lados de la frontera entre Perú y Colombia, y tres comunidades de Bolivia.
En el caso de Bolivia se implementa en comunidades ubicadas en una de las zonas con mayor nivel de pobreza como Bolpebra, nombre que sitúa el espacio territorial de los pueblos yaminahua, machineri, tacana y araona, en el límite de Bolivia con Perú y Brasil.
En el Perú son diez comunidades nativas ubicadas en la provincia Ramón Castilla, Loreto, cercana a la frontera con Colombia y Brasil, de las cuales cinco pertenecen al pueblo tikuna, cuatro al pueblo yagua y una kukama kukamiria.
Todas ellas se caracterizan por la presencia casi permanente de anemia, desnutrición y mortalidad materno-infantil, enfermedades diarreicas y respiratorias agudas, entre otros males.
A ello se suma la incorporación de hábitos alimenticios adversos al desarrollo infantil y la pérdida de prácticas culturales de crianza. Atacar esta situación es el objetivo principal del proyecto que culmina en noviembre de este año.
No obstante, la experiencia enseña que debe actuarse en forma concertada, con la mayoría de actores e instituciones posibles.
El proyecto en mención recibe desde su origen el cofinanciamiento del Fondo Especial Multilateral del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (FEMCIDI) de la Organización de Estados Americanos. En Colombia, recibe el apoyo del Consorcio CINDE-FUCAI. Sin embargo, los avances en el caso de Perú son aún discretos.
Por este motivo, el Minedu y el gobernador regional de Loreto convocaron a fines de abril a la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), Unicef, congresistas, autoridades locales de la provincia de Mariscal Ramón Castilla, al grupo impulsor Inversión por la Infancia, representantes de las comunidades indígenas de frontera, la Defensoría del Pueblo, entre otras entidades, con la finalidad de unificar esfuerzos que cambien el rostro de la infancia indígena en esta zona.
Para graficar la situación, en las diez comunidades peruanas, 239 personas no tienen DNI, de los cuales 63 son menores de 3 años. Sin ese documento, el acceso a determinados servicios y programas sociales se recorta significativamente.
La línea de base levantada para el proyecto da cuenta de que la mayoría de indocumentados son hablantes monolingües del yagua, como en las comunidades El Sol y Uranías. En medio de esta realidad, muchas personas han perdido su apellido indígena, como en el caso de El Sol cuya mayoría de habitantes tiene el apellido Yparraguirre, en referencia al patrón de la zona.
Tabla 1. Relación de comunidades nativas en el marco del proyecto de infancia indígena.
Comunidad nativa |
Pueblo indígena | Habitantes |
Cushillo Cocha | Tikuna | 223 |
Santa Rita de Mochila | Tikuna | 212 |
Santa Cecilia | Tikuna | 189 |
Bufeo Cocha | Tikuna | 364 |
Nueva Galilea de Callarú | Tikuna | 133 |
Santa Rita del Caño | Yagua | 305 |
El Sol | Yagua | 127 |
Uranías | Yagua | 81 |
Primavera | Yagua | 122 |
Villa Luz de Marichín | Kukama Kukamiria | 50 |
Fuente: Línea de base del Proyecto de Formación Intercultural para el Desarrollo Integral y el cuidado de la Primera Infancia Indígena de la Amazonía, 2014.
La carencia de agua potable o su consumo en malas condiciones así como el escaso saneamiento básico, se relaciona con las epidemias que afectan la salud de las personas en estas comunidades. El uso de las quebradas, ríos y caños cercanos a la comunidad, así como el agua de lluvia, pueden contribuir a esta realidad. Además, es necesario desarrollar hábitos para el adecuado almacenamiento de agua que no contribuya a enfermedades como la malaria o el dengue.
Otro dato que oscurece el panorama en la zona de intervención es que ocho comunidades no tienen aún energía eléctrica, solo Cushillo Cocha y Santa Rita del Caño. Asimismo, nueve comunidades no cuentan con servicio sanitario.
Henderson Rengifo, de Aidesep, describió las críticas condiciones de la infancia indígena y demandó la obligación del Estado para que se respeten los derechos de los niños y las niñas.
Por su parte, Elena Burga Cabrera, titular de la Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural (Digeibira), presentó lo avanzado en los dos años anteriores y propuso compromisos específicos.
“Buscamos acciones concretas en Educación, Salud, Vivienda, Agricultura, del Midis, Reniec y del municipio de Ramón Castilla para asegurar los servicios fundamentales a los que todos los niños y niñas deben acceder para lograr un buen vivir y desarrollo integral”.
En la cita realizada en Iquitos, acudieron el padre Gastón Garatea, coordinador nacional del grupo impulsor inversión por la infancia; Paul Martin, director de Unicef; Henderson Rengifo, presidente de Aidesep; el congresista Eduardo Nayap y Jorstin Zampallo, representante de los líderes de las comunidades indígenas de frontera.
Asimismo, Daniel Sánchez, jefe del Programa de Pueblos indígenas de la Defensoría del Pueblo; Elena Burga, directora de Digeibira; Fernando Meléndez Celis, gobernador regional de Loreto, entre otros.
“El compromiso de Loreto es aprobar una ordenanza para tener este Plan Integral como política regional, para que en el Presupuesto 2016 tengamos una partida específica de inversión en la salud de la primera infancia, ofreció Meléndez Celis.
Además, indicó que en los próximos días se constituirá una mesa de trabajo con objetivos concretos para avanzar en la mejora de las condiciones de vida de la primera infancia indígena. Los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil tienen un nuevo caso al que prestarle atención. Al menos, voluntad política dicen que hay.
Observatorios comunitarios
Uno de los espacios desarrollados por el proyecto que más atrae a las madres y padres de familia es el de los observatorios comunitarios, que permite observar el crecimiento y desarrollo de los niños y niñas desde el momento de la gestación, tomando en cuenta las etapas de vida de los infantes indígenas.
Aquí la comunidad discute y comparte ideas sobre la situación de cada uno de los pequeños con apoyo de los especialistas del Ministerio de Educación y de otros sectores. Además, promueven la vigilancia, la participación y la comunicación con las autoridades indígenas y los representantes gubernamentales.
Pequeños pasos
– El proyecto de infancia indígena amazónica cuenta con un estudio de línea de base sobre salud, nutrición, educación y protección de la niñez en las diez comunidades que forman parte del trabajo conjunto.
– Se tiene además un trabajo sobre las prácticas culturales de crianza de los pueblos tikuna, yagua y kukama kukamiria.
– Cuenta con un equipo integrado por el Minedu y las direcciones regionales de Educación, Salud y el equipo impulsor por la infancia.
– Periódicamente realizan talleres sobre liderazgo, derechos humanos, primera infancia, salud, nutrición y acompañamiento pedagógico con los pobladores.
Fuente: Servindi