Es necesario debatir los derechos ecológicos de la niñez
En el conversatorio sobre derechos ecológicos de la niñez proponen alternativas para implementar un currículo educativo con temas ambientales, e introducir dimensiones de la violencia como la sexual, física, psicológica y ecológica.
Por Donofré Chuco Castro
En el conversatorio “Derechos ecológicos de la niñez” desarrollado el 12 de octubre, la congresista María Elena Foronda, presidenta de la comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología, destacó que la mayoría de niños en Cuninico, Loreto, tienen presencia de metales pesados en la sangre.
Agregó que los indígenas consiguen el agua de dos formas, de la lluvia o del río. Entonces, como no se han remediado los lugares afectados por el derrame de crudo de petróleo, cuando llueve vuelven a flotar los restos de crudo exponiéndose a la salud de los pobladores de manera permanente.
Foronda sugiere tres alternativas: la primera que las Naciones Unidas contrate a los mejores expertos del planeta para implementar una estrategia de remediación frente a los derrames de petróleo.
La segunda estrategia sugerida es hacer una auditoría a todo el ducto para determinar cuáles son los orígenes de los derrames y aplicar la estrategia que técnicamente corresponda. La tercera, es la atención integral del Estado a las comunidades que sufrieron el daño.
Manifestó también la necesidad de que se realice una audiencia pública en el Congreso de la República con la participación de los dirigentes de las zonas afectadas en el que en lugar de que hablen los congresistas hablen los niños y niñas afectados.
A partir de esa audiencia se debe trabajar una iniciativa legislativa que hable sobre los derechos ecológicos con especial énfasis en la niñez.
Foronda denunció que existe una presión de la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo, de la Sociedad Nacional de Pesquería y la Sociedad Nacional de Industria, gremios empresariales que no quieren que se apruebe el proyecto de ley sobre ordenamiento territorial.
La violencia ambiental es una manifestación de una conducta estructural
Para Grimaldo Rengifo, del Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas (PRATEC) y miembro de la plataforma de tierra de hombres Alemania, los niños y niñas tienen una ventana dentro del Estado para que sus voces sean escuchadas, por medio de las defensorías dentro de las municipalidades.
Ellas reciben denuncias de tres órdenes, de violencia física, de violencia psicológica y de violencia sexual, remarcó.
Lo que proponemos es incorporar una cuarta violencia, por estar poniéndose en cuestión la vida misma de los niños, esta sería la violencia ambiental o ecológica, puntualizó Grimaldo Rengifo.
El tema de la violencia ambiental, es un tema nuevo, que se viene trabajando internacionalmente, a la que definimos como: “una manifestación de una conducta estructural de personas, Estados, corporaciones, de tratar a la naturaleza como un recurso, a ser explotado sin consideración por su regeneración armoniosa ni del bienestar de quienes viven en su entorno”.
La propuesta del expositor es que el tema de la violencia ambiental se incorpore en los debates. Este concepto se viene elaborando y reelaborando en el marco de la plataforma de terre des hommes (tdh) y hace falta un marco normativo de lo que significa violencia ambiental.
El paso siguiente es judicializar estos casos. Para esto, según Rengifo, es importante que, dentro de la Defensoría del Pueblo, actúe una defensoría adjunta para el tratamiento de los derechos ecológicos de la niñez.
Plantea asimismo que debería haber una reforma educativa dentro de la currícula educativa. El calentamiento global y la crisis ambiental no está siendo considerada en su real dimensión dentro del sistema educativo.
Mientras se siga pensando en una educación para instruir personas que mantengan y reproduzcan una visión y relación de manejo y explotación con la naturaleza vamos a seguir produciendo la contaminación ecológica en la mente de los niños y niñas.
En ese sentido resulta muy preocupante que se haya eliminado en la estructura del Ministerio de Educación la dirección de educación ambiental y comunitaria. Obviamente se tiene que repensar el fin último de la educación y debatir esta situación que representa un obvio retroceso.
Con respecto a los niños y niñas en edad escolar, manifiesta que, de nada sirve que un día salgan a recoger residuos, cuando los demás días de la semana se les inculca una mentalidad proclive a manejar a la naturaleza como si fuera un objeto a ser explotado.
El otro aspecto que plantea como alternativa es la regeneración bio cultural de la comunidad, a fin de que hayan remediaciones por los daños o embates que se vienen dando, tanto en la Amazonía, sierra y la costa.
Por otra parte, Marcela Machaca, indígena quechua de Ayacucho, también miembro de la plataforma tdh, resaltó que aún en la cultura andina el agua es tratada como Yakumama o Madre Agua. No es relación binaria: sujeto–objeto. Se trata de una relación filial, por esto al agua hay que criarla, enfatizó.
Machaca manifestó que la violencia contra el ambiente es expresión de una cultura que considera a la naturaleza como recurso. Dentro de la cosmovisión andina amazónica es distinto, por esto la relación es esencialmente diferente.
La crianza del agua trae esperanzas de vida. No solo hay que acudirla y protegerla para servirnos de ella sino para cuidarla y criarla como un ser vivo entrañable, que se quiere, resaltó Machaca.
Datos:
El Conversatorio: «Derechos Ecológicos de la niñez», de desarrolló el 12 de octubre, en el Faraona Grand Hotel, Moraflores Lima, organizado por terre des hommes y comunicaciones aliadas.
Fuente: Servindi