Día de la Tierra: Estamos a tiempo de enmendarnos
Ban ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas afirma que podemos hacer del 2015 un hito decisivo de cambio en el marco del Día Internacional de la Madre Tierra.
“Estamos a tiempo de enmendarnos y 2015 nos brinda una oportunidad inmejorable para hacerlo” afirmó el Secretario General de las Naciones Unidas con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra.
La definición de una nueva agenda para el desarrollo sostenible después de 2015 y concertar un nuevo acuerdo universal sobre el cambio climático son procesos que podrían encauzarnos hacia un futuro mejor “y redefinir nuestra relación con el planeta y todos y cada uno de los seres vivos que lo habitan” afirmó.
El funcionario de la ONU hizo un llamado para que todos “seamos conscientes de las consecuencias que tienen nuestras decisiones sobre el planeta y lo que supondrán para las generaciones futuras.”
El cambio comienza con nosotros
Como comunidad mundial, tenemos la oportunidad de hacer que 2015 sea un hito decisivo en la historia de la humanidad.
“Puede ser el año que nuestros hijos y nietos recuerden como el momento en que decidimos construir un futuro sostenible y resiliente, tanto para la Madre Tierra como para todos aquellos que el desarrollo ha dejado rezagados hasta ahora” prosiguió.
“El cambio comienza con nosotros (…). Aprovechemos, juntos, esta oportunidad histórica.”
A continuación el mensaje completo de Ban ki-moon:
Mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas sobre el Día Internacional de la Madre Tierra
La palabra «madre» es sumamente evocadora. Nos trae a la memoria poderosos recuerdos de la mujer que nos trajo al mundo, nos crió y nos ayudó a convertirnos en quienes somos ahora. La Tierra es la madre por antonomasia: un planeta asombroso que desde tiempos inmemoriales ha sustentado la vida en una miríada de formas. Con el tiempo, los seres humanos dejamos de necesitar el cuidado materno constante; sin embargo, nunca dejamos de depender de la Madre Tierra.
Durante toda la vida, necesitamos aire, agua, tierra fértil y la infinidad de otros dones con que nos obsequia el planeta.
Esta dependencia hace aún más sorprendente, si cabe, que hayamos permitido que el rápido y a menudo imprudente desarrollo humano haya hecho peligrar tantos de los delicados sistemas que llevan funcionando en armonía desde hace milenios. Cada vez somos más conscientes de los estragos que ha causado nuestra especie: la contaminación, la progresiva escasez de recursos, la extinción de especies de flora y fauna y la precipitación hacia puntos de inflexión que podrían alterar la forma en que funciona nuestro planeta. Ni sabiéndolo hemos cambiado nuestra forma de actuar.
Pero estamos a tiempo de enmendarnos y 2015 nos brinda una oportunidad inmejorable para hacerlo. Este año, el mundo se propone acabar de definir la agenda para el desarrollo sostenible después de 2015 y concertar un nuevo acuerdo universal sobre el cambio climático que sea constructivo. Estos procesos podrían encauzarnos hacia un futuro mejor al erradicar la pobreza extrema en todas sus formas y redefinir nuestra relación con el planeta y todos y cada uno de los seres vivos que lo habitan.
Las grandes decisiones que tenemos por delante no corresponden solo a los legisladores y los dirigentes mundiales. Hoy, en este Día de la Madre Tierra, hago un llamamiento para que todos nosotros seamos conscientes de las consecuencias que tienen nuestras decisiones sobre el planeta y lo que supondrán para las generaciones futuras. No todos tenemos a nuestro alcance obrar de manera sostenible, pero quienes tenemos esa posibilidad podemos transformar el mundo, entre los miles de millones de personas que somos, con simples decisiones como optar por bombillas de bajo consumo o comprar solo lo que vayamos a consumir. El cambio comienza con nosotros.
Como comunidad mundial, tenemos la oportunidad de hacer que 2015 sea un hito decisivo en la historia de la humanidad. Puede ser el año que nuestros hijos y nietos recuerden como el momento en que decidimos construir un futuro sostenible y resiliente, tanto para la Madre Tierra como para todos aquellos que el desarrollo ha dejado rezagados hasta ahora. Aprovechemos, juntos, esta oportunidad histórica.
Fuente: Naciones Unidas y Servindi