Boato y racismo

PTE. DE PERÚ OFRECE CENA A LOS REYES

Por Jorge Bruce

El caricaturista Heduardo hizo una compilación, en su página de Facebook, de los insultos racistas que irrumpieron contra Nadine Heredia y Ollanta Humala, a raíz de la recepción ofrecida para ellos por los reyes de España. Que esto no sea novedoso ni sorprendente no nos exime de atajar, cuantas veces sea necesario, estos comportamientos surgidos del muladar de nuestra sociedad, así como del lento y difícil proceso de asimilar nuestra historia común. Algunas muestras de esta antología de odio y desprecio:

“Con un vestidito de Gamarra hubiese estado mejor.” “Era un homenaje al tamal.” “Es evidente la falta de roce social.” “Dios santo este par dando verguenza (sic) en España.” “Qué diferencia con la barbie asturiana, qué elegante Letizia” “Waooo los Reyes de España y sus mascotas” “La mona aunque se vista de seda mona queda, jejeje” “Kiassssscooooo COMO LA COMPARAN con su majestad XFAVOOR!!!! La engendro aunque se ponga seda….. ENGENDRO SE QUEDA!” “Que bichos por dios.” “O sea como te explicamos que la mona aunque se vista de seda mona se queda?? por favor… no es racismo pero hasta entre los cerdos hay clases”  “Para comparar , se compara Manzana con Manzanas….no Manzana con ollucos , los ollucos son ricos tal como las Manzanas pero no se pasen Pues …….,!!!! Jajajajaja” “Nadine parece la natacha de la reina y humala su chofer.”

Hay algunas constantes en este desembalse de la cloaca. Animalizar al Presidente y la Primera Dama. Colocarlos en situación de subalternidad ante los reyes de España. Estigmatizar sus gustos en materia de vestimenta. Estereotiparlos como habitantes de los Andes (como si esto fuera de por sí una ofensa). ¿De dónde provienen estas reacciones de violencia discriminatoria? Lo primero que se me viene a la mente es que sea precisamente el contraste con la monarquía española, aquella que nos colonizó durante siglos, la que desata estos afectos intolerantes. Es pues la autodiscriminación la que opera como detonante. El sentimiento de inferioridad se dispara y proyecta sobre nuestros representantes: no somos dignos de estar invitados a esa lujosa recepción aristocrática.

Más bien lo que a mí me parece es que tanto boato estaba fuera de lugar, en el contexto de crisis que se vive en España. Incluso me disgustó la decoración tan recargada (supongo que los palacios están para ser utilizados). Pero eso no es responsabilidad de la delegación peruana ni tiene demasiada importancia. Lo que sí es relevante es constatar el sometimiento y la carencia de dignidad en las personas que se desahogan mediante esos agravios racistas, clasistas y cobardes, en el anonimato de las redes sociales.

Puede que el contexto político desfavorable para el régimen haya exacerbado esos sentimientos. Puede que sea una descarga de frustración y angustia, ante un gobierno que cada día muestra su incapacidad para enfrentar los retos actuales. Como fuere, revela lo mucho que nos falta como nación en términos de respeto a la investidura, pero sobre todo en lo que atañe a cómo nos sentimos frente al espejo.

Fuente: La República

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