Adiós Perico, amigo y hermano nuestro

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Por Gil Inoach Shawit*

12 de julio, 2015.- ¿Cómo te atreviste a venir en estas tierras lejanas amigo? Ahora nos dejas con profundo dolor. Un hombre blanco con bigotes al estilo medieval de los caballeros nos sorprendiste al llegar en Cenepa. La gente, nuestra gente se preguntaba si eras de esos extranjeros buenos o malos, pero muy pronto entró en cuenta que eras del Alma Awajun. Entonces te recibió como a su propio hijo.

No pasó un año cuando te diste cuenta que la población que te acogió en realidad tenía una forma particular de demostrar su orgullo y seguridad. Una población que sin tener riqueza monetaria afirmaba ser rica en el territorio donde habitaba y autosuficiente con el recurso que lo protegía y se alimentaba.

Comprendiste entonces Perico que lo que debías de hacer es servirle con el conocimiento que uno obtiene con el estudio. Desde ese entonces pusiste a disposición tus saberes de Derecho a la población en cuerpo y alma. Con la asesoría técnica proporcionada, las comunidades aprendieron a relacionarse con la población no indígena y empezaron a vender sus productos de manera organizada. Pero también se enteraron de algo más; alguien se estaba apoderando de sus territorios y la llamada ley era el mecanismo que el Estado ostentaba para disponer su enajenamiento.

Fue entonces que surge la idea de unidad entre todas las comunidades vecinas a fin de hacer llegar su voz de protesta al Estado. Así nace en el año 1976 – 1977, el Consejo Aguaruna y Huambisa (CAH). Ahí estuviste en todo momento, asesorando sus causas justas. Ayudaste a volcar la fuerza organizativa en una gran unidad nacional, así fuiste testigo presencial de cómo nació la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP).

El movimiento indígena tenía fuerza, como siempre la tuvo en sus resistencias a lo largo de los siglos, pero tú enseñaste a los líderes la existencia de mecanismos jurídicos para defender sus derechos y guiaste al liderazgo continental indígena (Coordinadora Indígena de la Cuenca Amazónica: COICA) el empleo apropiado de estos recursos para seguir peleado con la misma intensidad de pelea con lanza. Llegamos a ser respetados por el mundo y nos dejas cuando iniciamos un plan serio de gobernanza territorial con visión de pueblo.

Me volteo y te cuento a ti, hijo, hija, hermanos:

Una vez hablamos sobre propiedad comunal con Perico, entrado en vigencia la Constitución peruana de 1993. El Estado podría revertir un gran porcentaje de la propiedad comunal bajo la causal de abandono de aquellas áreas no trabajadas. Perico me respondió: ¿qué parte del territorio comunal queda abandonada? Los comuneros tienen donde sembrar, pero no solo eso, tienen espacios sagrados para meditación espiritual, sitios de dónde sacan hoja y materiales para hacer sus viviendas, lugares para ir de caza, de pesca, de recreación, etc. Todos esos espacios los tienen en constante uso. ¿En qué momento queda abandonada?, en ningún momento.

Por ejemplo: un comunero tiene una cerbatana para la caza, necesariamente tiene que usar todos los días o andar cargando todo el rato para demostrar que le sirve en todo momento? No necesariamente. La cerbatana se usa como herramienta de caza y se usa cuando se necesita, el propietario lo conserva con tal cuidado que un viejo lo tiene siempre en la mira. Igual, el territorio tiene más significado que una cerbatana, porque ahí está la historia, la vida, la cultura, la identidad, sin lo cual, el destino de los pueblos indígenas sería el de la extinción. Así como se usa el territorio, se deja también descansar.

Eso ya lo había escuchado de los viejos Awajun, Pero Perico, con la fuerza de esa lógica y práctica social argumentaba su defensa con un vocabulario jurídico de manera irrefutable. Ese granito de arena que llama él, fue la palanca que movió al colectivo para reclamar sus derechos territoriales ante el Estado. Seguiremos en esta batalla. Pelearemos jurídicamente para defender lo nuestro por nuestra existencia como pueblo con la misma convicción humana que Perico nos legó.


*Gil Inoach Shawit es indígena del pueblo Awajun y se desempeñó como Presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) durante dos periodos, de 1996 al 2002.

Fuente: Servindi

Categoría: Noticias, Pueblos Indígenas