En el presente artículo, la doctora Luz Ainaí Morales Pino, desde los estudios literarios feministas, analiza tres textos de diferentes etapas del entre siglos latinoamericano: El Conspirador (Autobiografía de un hombre público) (1892), de la escritora peruana Mercedes Cabello de Carbonera; Incurables, de la venezolana Virginia Gil de Hermoso (1905) y La rosa muerta (1914), de la peruana Aurora Cáceres. El objetivo es ahondar en las formas en que las mujeres de letras del periodo, en medio de sus distancias éticas, estéticas e ideológicas, confrontaron las construcciones hegemónicas de lo femenino, tanto desde el ideario burgués-liberal que privilegió el modelo de la madre republicana y el ángel del hogar paradigmático de la virtud doméstica; como desde el ideario modernista-decadentista masculino, con la idealización del arquetipo de la bella enferma, la bella muerta o la femme fatale.
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