La alfarería y la textilería del sur de Cajamarca. Un enfoque interdisciplinario

Luis Andrade Ciudad y Gabriel Ramón Joffré

Objetivos

uuuu

Como parte de un proyecto interdisciplinario financiado por el Vicerrectorado de Investigación, un arqueólogo y un lingüista venimos estudiando la alfarería y la textilería del sur de Cajamarca.

Nos hemos concentrado en las provincias de Contumazá, San Miguel, San Pablo, Cajamarca, Cajabamba y San Marcos, que cubren la franja sur del departamento de Cajamarca de oeste a este.

2Tenemos los siguientes objetivos:

  • Documentar y analizar las técnicas y la nomenclatura de la alfarería y la textilería en el sur de Cajamarca.
  • Relacionar la distribución de las técnicas alfareras y textiles con el estudio de las lenguas indígenas extintas en la región.
  • Comparar el léxico de la alfarería y la textilería a fin de observar en qué medida congregan léxico proveniente de las lenguas indígenas.
  • Si hay un contraste a este respecto entre alfarería y textilería, proponer una explicación para ello.
Foto1-FlorCienfuegos

Foto 1. Tejedora Flor Cienfuegos (Jangalá, San Miguel) elaborando un pullu. Foto: G. Ramón. Clic para ampliar la imagen.

foto2-mollepampa

Foto 2. Alfarera María Santa Huaccha Cachi llenando la base del molde. Mollepampa Alta, Nueva Cajamarca. Foto: G. Ramón. Clic para ampliar la imagen.

 Contexto de la investigación

Actualmente, los Andes norperuanos son casi en su totalidad regiones de habla castellana, salvo algunos puntos de habla quechua, especialmente en los departamentos de Cajamarca y Lambayeque.

Sin embargo, se sabe que además del quechua se hablaron otras lenguas indígenas en esta región. Estas lenguas, ahora extintas, estuvieron vigentes durante la Colonia y, en algún caso, también en la República.

3

Clic para ampliar la imagen.

Una de estas lenguas fue el culle, idioma nativo de la provincia colonial de Huamachuco. Algunos investigadores, como Alfredo Torero, han planteado que además de esta lengua, existían otras en la región de Cajamarca, llamadas den y cat.

Por eso, nos interesó evaluar en qué medida la alfarería y la textilería eran actividades capaces de congregar indigenismos no quechuas, relacionables con estas lenguas.

Como ambas actividades implican saberes y técnicas presumiblemente precoloniales, pensábamos que eran buenas candidatas para un examen de este tipo.

Nos animaba saber que a pesar de la riqueza artesanal del sur de Cajamarca, no se habían observado de manera contrastada la alfarería y la textilería. Tampoco se contaba con descripciones regionales panorámicas de ambas actividades.

Foto3-IrmaQuispe

Foto 3. La tejedora Irma Quispe, de Jangalá (San Miguel), pasa la trama durante el “escogido” de los hilos, guiándose de un esquema impreso de la labor que está “programando”. Foto: L. Andrade. Clic para ampliar la imagen.

Metodología

Nuestra metodología tuvo tres partes:

  1. En primer lugar, identificamos dónde se produce alfarería y textilería en cada provincia visitada, para luego profundizar en algunos poblados específicos.
  2. En segundo lugar, dialogamos con nuestros informantes a partir de una ficha etnográfica de cada actividad.
  3. Finalmente, hicimos entrevistas para registrar las explicaciones de los artesanos y artesanas. Esto fue acompañado mediante el registro en fotos y videos.
Foto4-OscardelaCruz

Foto 4. Alfarero Óscar de la Cruz y familia (Cuzcudén, San Pablo) junto a las vasijas que acaba de producir. Luego de ser secadas por algunos días al sol y a la sombra, serán quemadas. Foto: G. Ramón. Clic para ampliar la imagen.

Resultados

Lo primero que pudimos observar fue una gran diversidad técnica en la alfarería del sur de Cajamarca.

En la parte occidental de la zona hay dos técnicas: molde bivalvo horizontal de cerámica (Jangalá, San Miguel, foto 5) y paleteado con piedra auxiliado por los pies (Cuzcudén, San Pablo, foto 6). En Jangalá y Cuzcudén los alfareros eran hombres.

Foto5-jangala


Foto 5. Cesáreo Medina llenando el molde. Jangalá, San Miguel. Foto: G. Ramón. Clic para ampliar la imagen

foto6-cuzcuden

Foto 6. Óscar de la Cruz levantando la base de la vasija con el mazo. Cuzcudén, San Pablo. Foto: G. Ramón. Clic para ampliar la imagen.

Al centro de la provincia de Cajamarca, además del paleteado con piedra y el molde bivalvo de yeso, los alfareros usan el torno mecánico, mientras que en Socchagón (San Marcos, foto 7), se emplea el paleteado con mazo y piedra, pero sobre una superficie elevada donde reposa la vasija durante el proceso. En Cajamarca y San Marcos, los alfareros eran hombres y mujeres.

foto7-socchagon

Foto 7. Raimundo Cotrina paleteando la base de la vasija. Socchagón, San Marcos. Foto: G. Ramón. Clic para ampliar la imagen.

En la nomenclatura alfarera, que es bastante uniforme, predomina el castellano. En contraste, en la textilería, los nombres del telar de cintura muestran una gran variabilidad y varios de estos nombres provienen de lenguas indígenas extintas. Este es el segundo hecho que hemos encontrado.

AFC dibujo tino 1

Figura 1. El telar de cintura del sur de Cajamarca y su instrumental. Modelo de Jangalá (San Miguel de Pallaques).

En el siguiente cuadro se puede observar tanto la variabilidad como la estabilidad de los nombres indígenas del telar de cintura en el sur de Cajamarca.

cuadroComo vemos en el cuadro, hay algunos nombres indígenas que se repiten a lo largo del sur de Cajamarca, con ligeras variantes (items d, e, h e i). Crucialmente, estos son indigenismos; solamente un nombre generalizado en toda la zona deriva del castellano (ítem j). Esto muestra la estabilidad de los indigenismos en la nomenclatura del telar. También observamos variabilidad entre los nombres indígenas que se aplican a un mismo instrumento. Por ejemplo, en los items a, c y f, observamos diferentes opciones derivadas de lenguas indígenas según la zona. En el caso a, tenemos dos distintas alternativas quechuas; en los casos c y f, además de opciones quechuas («tipe-tipina», «tupu» y «shongo»), observamos indigenismos no quechuas, derivados de las lenguas indígenas cajamarquinas previas a la difusión de este idioma («chana», «saque-saj-saca» y «putij»), los que se suman a los indigenismos «chambas-chamba» y «cungallpo», que tampoco tienen un origen quechua transparente. Esto último muestra que no solo hay estabilidad de los indigenismos sino también variabilidad entre ellos, lo cual es llamativo si consideramos la uniformidad del telar de cintura a lo largo de las seis provincias visitadas, tanto en términos del instrumental utilizado como en cuanto a la secuencia productiva empleada para obtener un tejido llano.

La técnica textil que hemos observado es el tejido llano (sin diseño) en telar de cintura. Si bien hemos encontrado diferencias menores entre las localidades visitadas, hemos visto que la secuencia técnica es básicamente la misma.

Así, en textilería hemos encontrado uniformidad técnica y léxico muy diverso que refleja en parte las antiguas lenguas indígenas. En alfarería, hemos visto gran diversidad técnica y léxico uniforme en el que predomina el castellano.

Para explicar este contraste, estamos planteando una explicación basada en la diferente distribución geográfica de ambas actividades: mientras la producción alfarera está concentrada en determinados puntos de la región, la textilería se practica de manera generalizada como una actividad familiar.

El registro que hemos hecho nos ha permitido representar en un mapa los puntos en los que se realiza producción alfarera y textil en las provincias visitadas.

Este mapa es otro de los resultados importantes de la investigación, que ponemos a disposición a través de esta página web. También pondremos a disposición los artículos académicos vinculados con el proyecto.

Agradecimientos y contacto

Agradecemos, en primer lugar, a los colaboradores entrevistados.
También agradecemos a la maestra tejedora Barbarita Mendoza y a su hija, la profesora Iris Huangal, de San Miguel, que nos ayudaron a entender mucho de la técnica textil.
Al profesor Miguel Rodríguez Sánchez y su hijo, el profesor Miguel Rodríguez Roncal, de Cajabamba, que nos dieron orientaciones y apoyo clave.
A Vicky Vilca, de Cajamarca, que siempre estuvo dispuesta a ayudarnos de la mejor manera.
Por el alojamiento brindado, a Zacarías Verástegui, de Cuzcudén, San Pablo; y a Mariela Monteza, responsable del puesto de salud de Socchagón, San Marcos.
Asimismo, a Martha Bell, de Ardillamaps, por su apoyo con los mapas, y a Claudia Delgado, por su ayuda con los gráficos.
Finalmente, a la Red Internacional de Estudios Interculturales por alojarnos en su portal web.

 

Para mayor información, contactar con:

Luis Andrade Ciudad

  • lfandrad@pucp.edu.pe

Gabriel Ramón Joffré

  • glramon@pucp.edu.pe

También ponemos a disposición los artículos académicos vinculados con el  proyecto (dé clic al título para acceder al texto en PDF):

 

foto8-cursqui

Foto 8. Productos elaborados por Bernardo Lesma, del Cursqui, Chancay, San Marcos. Foto: L. Andrade. Clic para ampliar la imagen.